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De Castro A Thatcher, El Viaje Del Vargas Llosa Político

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Le aconsejaron que no lo hiciera, que iba a salir mal parado, pero no hubo manera de convencerlo. Mario Vargas Llosa se lanzó en 1990 a la Presidencia de Perú con el mismo ímpetu con el que se sentó durante toda la vida delante de la máquina de escribir, como si le fuera la vida en ello. Resultó ser un candidato apasionado y cerebral al mismo tiempo, como eran en sus libros, que acabó derrotado en las urnas por un ingeniero agrónomo que tiempo después se convertiría en un dictador, Alberto Fujimori. El escritor juraba que se metió en política por una razón moral. Su esposa, Patricia Llosa, no lo desmintió, pero aseguró que eso no fue lo decisivo, sino la ilusión de vivir una experiencia llena de excitación. “De escribir, en la vida real, la Gran Novela”, explicó ella. Vargas Llosa, muerto este domingo en Lima a los 89 años de edad, fue un erudito, pero también Jason al frente de una nave en busca de aventuras.

La influencia de Sartre le convirtió, desde muy temprano, en un escritor comprometido. Durante su época de estudiante en la Universidad de San Marcos, una institución pública en la que estudió con chicos pobres, ateos, comunistas y cholos venidos de la sierra, integró una célula marxista llamada Cahuide en honor a un comandante inca. Escondió panfletos y participó en una huelga de ferroviarios. Creía en el socialismo como el vehículo para conseguir la pureza del “hombre nuevo” y que eso podía llevarse a cabo mediante la lucha armada. Cuando vivía en París llegó a alojar en su apartamento a la madre del Che Guevara. Respaldó públicamente a una guerrilla nacida en el interior de Perú, la que encabezaba Luis de la Puente Uceda. Fue obvio que se entusiasmara con la Revolución cubana y admiró a Fidel Castro, al que visitó cinco veces en La Habana. En una de las ocasiones, acompañado de otros intelectuales latinoamericanos, escuchó hablar durante horas en una habitación.

Se fue aturdido de aquel despliegue de oratoria, pero lo hizo con el corazón caliente, dispuesto a cambiar el mundo. Con el tiempo se separó de la izquierda, a la que identificaría para siempre con el autoritarismo y la pobreza, y abrazó el liberalismo. De Fidel pasó a Margaret Thatcher y por el camino estudió a Hayek y Revel. “Si Mario ve un helicóptero, te explica la manera en la que el liberalismo ha permitido que las piezas provengan de distintos países y se hayan podido ensamblar en un todo. El liberalismo ocupa su pensamiento”, decía un familiar durante una cena.

Antes de llegar ahí fue un estudioso del marxismo. Empezó a desconfiar cuando intuyó que esas lecturas eran “un lavado de cerebro” -así lo contaría más tarde en El pez en el agua-. Su acercamiento a las distintas ideologías tenía algo de intuición, pero sobre todo estudio y análisis, porque toda la vida, antes que escritor, fue un lector, un señor al sol, sentado en una silla, con un libro delante. En el 58 se fue a Madrid a estudiar la beca Javier Prado en la Universidad Complutense, y allí se desligó por completo de Cahuide, una aventura adolescente que sentía ridícula. Sin embargo, eso no le impidió ver arrebatado por televisión la entrada de los barbudos en La Habana, un 8 de enero de 1959. Entró de lleno en ese mundo. Vargas Llosa empezó a escribir en la revista cubana Casa de las Américas, editada por Haydée Santamaría.

Ese proceso idealista y revolucionario le unió a Gabriel García Márquez, otro escritor diez años mayor que él, al que conoció en Caracas al recibir el premio Rómulo Gallegos. Vargas Llosa quedó prendado de la prosa encendida del colombiano y le dedicó una tesis que después sería un libro, Historia de un deicidio, el análisis más brillante que se ha hecho sobre la obra de García Márquez. Los dos serían futuros premios Nobel de Literatura, el mayor de los dos en 1982, el otro en 2010. Su amistad se estrechó en Barcelona, donde fueron vecinos. García Márquez fue padrino de Gonzalo, el segundo hijo de Vargas Llosa. La lealtad a Fidel, sin embargo, los separó. (El desencuentro desembocó en el célebre puñetazo en el ojo del peruano al colombiano en un cine de Ciudad de México, un suceso del que nunca habló Vargas Llosa, que le pidió a sus biógrafos que lo investigaran a partir de hoy, el día de su despedida).

Ocurrió por el caso de Heberto Padilla, el poeta cubano encarcelado por criticar al castrismo. Un grupo de intelectuales, entre los que se encontraban Vargas Llosa, Susan Sontag, Octavio Paz, Sartre y Cortázar, firmaron un manifiesto contra las represalias a Padilla. Muchos de ellos habían apoyado a Fidel y ahora se arrepentían. En el texto aparecía la firma de García Márquez. Sin embargo, el colombiano enfureció a ver su nombre impreso y aseguró que había sido su amigo Plinio Apuleyo Mendoza, quien, abusando de su confianza, había dado por hecho que apoyaría la causa y firmó en su nombre. Dejó claro que él permanecía al lado del dictador cubano.

Homage to the liberal philosopher Karl Popper From left to right, the PP politician José María Aznar, the writer Mario Vargas Llosa and the PP politician Miguel Ángel Cortés  (Photo by Jose R. Platon/Cover/Getty Images)

Este fue el adiós al joven Vargas Llosa cercano al marxismo y el nacimiento de alguien que pensaba muy diferente. Pasó también brevemente por la democracia cristiana debido a la admiración que sentía por José Luis Bustamante y Rivero. El jurista, un humanista de Arequipa -la ciudad en la que nació él- había sido derrocado por el golpe de Estado llevado a cabo por un general que instauró una dictadura de ocho años y Vargas Llosa deseaba verlo regresar a la presidencia. Le parecía fantástico que un hombre culto, de letras, gobernara un país del tercer mundo y lo convirtiera en otra cosa. Bustamante y Rivero no logró regresar al poder y consagró el resto de su vida a cultivar la intelectualidad. Había algo de revancha histórica en el hecho de que Vargas Llosa quisiera ser presidente, una forma de vengar a Bustamante y Rivero. El caso es que ninguno de los dos lo consiguió, como si el trono solo estuviese destinado a los bárbaros que ocuparon sus lugares.

No abandonó sus ideas ni en las circunstancias más adversas. En 2021, alarmado por la posible victoria en las elecciones presidenciales de Pedro Castillo, un profesor de escuela que llegaba respaldado por un partido marxista, pidió a los peruanos que votaran a Keiko Fujimori, la hija de su rival en las urnas. A muchos les sorprendió que defendiera a una candidata acusada de corrupción y heredera de las políticas de su padre, un autócrata al final de su mandato. La familia de Mario Vargas Llosa aseguraba que era coherente consigo mismo y sus ideales, incluso por encima de sus propios enconos personales. Actuó parecido en otros países. En Brasil, prefería a Jair Bolsonaro que a Lula Da Silva. No le gustó que ganase las elecciones Gustavo Petro en Colombia y lamentó que el ultraderechista José Antonio Kast no venciese a Gabriel Boric en Chile. En los últimos años, le dio su apoyo al libertario y anarco-capitalista Javier Milei, ahora presidente de Argentina. Muchos de esos apoyos los ofreció desde su columna en EL PAÍS, Piedra de Toque, donde además de un intelectual demostró ser un fantástico polemista. Era de los pocos escritores capaz de escribir contra la opinión general de sus lectores.

Su vida como candidato presidencial fue áspera, los otros políticos lo esperaban con piedras en las manos. Fujimori, durante un debate electoral, lo llamó “Vargas” para hacerle de menos. Ambos aspiraban a suceder a Alan García, un presidente acorralado por la hiperinflación. García había tratado de hacerse amigo del escritor, pero nunca lo consiguió y, de hecho, Vargas Llosa promovió una manifestación que frenó su deseo de estatizar la banca. La misión de García, desde ese momento, fue conseguir que Vargas Llosa nunca fuera presidente, y recurrió a toda clase de juego sucio. El Nobel de Literatura era claro en sus discursos: no se sale de la pobreza redistribuyendo lo poco que existe, sino creando más riqueza, hay que abrir el mercado, cambiar la mentalidad “rentista” por una moderna que confíe “a la sociedad civil y al mercado la responsabilidad de la vida económica”. Sus tesis liberales eran transparentes y no llevaban a engaño.

Sus asesores pensaban que pecaba de honesto. Como había dicho que había que adelgazar al Estado, sus enemigos le aseguraban a los funcionarios públicos que millones de ellos serían despedidos. Por si cabía alguna duda, creó un comisionado responsable del Programa Nacional de Privatización. Se declaró agnóstico en un país mayoritariamente católico y, como no había llegado al liberalismo desde el conservadurismo, defendía el matrimonio igualitario y la eutanasia. Hizo una gira por países asiáticos que, en pocas décadas, habían pasado de la pobreza y el subdesarrollo a ser economías pujantes. Pensaba que Perú podría convertirse en el Singapur de América Latina.

Huyendo de la utopía comunista, Vargas Llosa se corrió detrás de la ilusión ultraliberal. Sin embargo, el político no dejaba de ser un apéndice, un asterisco. Su verdadero fuego interior era la literatura. Cuando se cansaba después de un día ajetreado de campaña, se encerraba en una habitación a solas y leía el primer libro que tuviera a mano. Entonces sentía que se limpiaba y quedaba al margen del ruido y la furia del exterior. En los libros encontraba el descanso del guerrero.

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Los Warriors De Butler Y Curry Se Adelantan En Los ‘playoffs’ Al Ganar A Los Rockets A Domicilio

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Los Golden State Warriors, que se clasificaron para las eliminatorias por el título de la NBA en la repesca, asaltaron Houston de la mano de Stephen Curry y Jimmy Butler. El juego exterior de los Warriors se impuso a los centímetros de los Rockets en la única victoria a domicilio en los partidos del domingo. El mejor triplista de la historia de la NBA, Stephen Curry, tiene un acompañante de lujo en Jimmy Butler ―llegado en el mercado de invierno desde los Miami Heat―, que siempre se crece en la postemporada.

Los Warriors, séptimos clasificados en la Conferencia Oeste, llegaron a tener una ventaja de 23 puntos en el tercer cuarto, pero los Rockets, segundos del Oeste en la temporada regular, recortaron distancias hasta el 69-60 al inicio del último cuarto. Una canasta de Amen Thompson a unos cinco minutos y medio del final puso a los Rockets a cuatro puntos. Curry anotó su quinto triple de la noche unos segundos después para poner el 82-75. Los Rockets recortaron la ventaja a cuatro puntos con unos dos minutos y medio por jugar gracias a un triple de Fred VanVleet, pero tuvo la réplica inmediata de Moses Moody con otro triple. Un parcial de 0-7 puso el marcador 81-90 y los Rockets se despidieron del partido.

Stephen Curry anotó 31 puntos con una serie de 12 de 19 canastas, incluidos 5 de los 9 triples que lanzó, mientras que Jimmy Butler sumó 25 puntos, siete rebotes, seis asistencias y cinco robos en su debut en los playoffs con los Warriors. El turco Alperen Şengün, con 26 puntos, fue el mejor de los locales. Fue la victoria número 100 en los playoffs para Steve Kerr, entrenador de Golden State, que empató con Larry Brown en el sexto puesto de la clasificación histórica de victorias en postemporada. El segundo partido de la serie al mejor de siete se disputará el miércoles por la noche en Houston.

Paliza de los Thunder a los Grizzlies

Los Oklahoma City Thunder dieron un golpe de autoridad en el primer partido de su serie contra los Memphis Grizzlies con una victoria apabullante (131-80). La diferencia de 51 puntos es la quinta mayor en la historia de los playoffs de la NBA y no solo refleja la diferencia de nivel entre los dos equipos, sino también que los locales estaban más frescos y descansados, mientras que los Grizzlies venían de jugar dos partidos esta semana, el último de ellos el viernes, para clasificarse en la repesca para las eliminatorias.

La victoria del equipo de Shai Gilgeous-Alexander (SGA) es la mayor lograda nunca en un primer partido de los playoffs y se queda a siete puntos del récord absoluto en partidos de postemporada. Ha habido dos diferencias de 58 puntos en los playoffs: los Denver Nuggets vencieron a los New Orleans Palicans por 121-63 en 2009 y los Lakers, en su etapa de Minneapolis, vencieron a los Hawks, por entonces de St. Louis, por 133-75 en 1956.

El partido fue un paseo para el mejor partido de la Conferencia Oeste en la temporada regular. Se adelantó 32-20 en el primer cuarto, tuvieron un parcial de 20-0 en un tramo del segundo y en el descanso el encuentro ya estaba sentenciado (68-36). Los locales se impusieron también en los dos cuartos restantes. Ni siquiera hizo falta que SGA presentase su mejor versión. Con 15 puntos, fue el cuarto mejor anotador de su equipo, algo insólito en él. Aaron Wiggins sumó 21 puntos, Jalen Williams anotó 20 y Chet Holmgren sumó 19 puntos y 10 rebotes. Ja Morant anotó 17 puntos para Memphis.

El segundo encuentro será el martes, también en Oklahoma City. Esta vez, los dos equipos llegarán con el mismo tiempo de descanso, pero los favoritos claros siguen siendo los Thunder.

Ty Jerome lidera a los Cavaliers frente a Miami

Los Cleveland cumplieron con las previsiones y derrotaron sin demasiados problemas a unos Miami Heat que se habían clasificado el viernes para los playoffs en la repesca. La sorpresa del partido fue Ty Jerome, que en su sexta temporada en la NBA jugaba su primer partido de postemporada. Con sus 28 puntos, Jerome se convirtió en el tercer jugador con más puntos en un debut en las eliminatorias de los Cavaliers, por detrás de LeBron James y Kyrie Irving. El escolta de 1,95 metros también se alzó como el cuarto jugador en la historia de la franquicia en anotar al menos 28 puntos saliendo desde el banquillo.

Jerome anotó 10 de 15 tiros de campo, incluidos 5 de 8 triples, y consiguió cinco rebotes y tres asistencias en 28 minutos. Sumó 16 de sus 28 puntos en un espectacular último cuarto, y los Cleveland Cavaliers se impusieron por 121-100 a los Miami Heat en el primer partido de la serie de primera ronda de la Conferencia Este.

Los Cavaliers fueron por delante todo el partido, pero no se distanciaron hasta el último cuarto, al que habían llegado con una ventaja de 87-79. Las dos estrellas de los Cavaliers, Donovan Mitchell y Darius Garland, cumplieron con su papel y anotaron 30 y 27 puntos, respectivamente. Por parte de Miami, Bam Adebayo sumó 24 puntos y 9 rebotes y Tyler Herro anotó 21 puntos.

Victoria de los Celtics en la segunda mitad

Los Celtics de Boston iniciaron este domingo en los playoffs la defensa de su título de campeones. Lo hicieron con una victoria ante unos Orlando Magic que les plantaron cara en la primera mitad, pero que no pudieron aguantar el ritmo tras el descanso, al que se llegó con 48-29 a su favor. Los Celtics pisaron el acelerador con un parcial de 30-18 en el tercer cuarto y acabaron el partido con una cómoda ventaja (103-86) en el marcador.

Derrick White fue el máximo anotador de los locales, con 30 puntos, seguido por el suplente Payton Pritchard, con 19, ambos por delante de las dos principales estrellas del equipo: Jayson Tatum, que sumó 17, y Jaylen Brown, que aportó 16. Eso da una idea de la versatilidad del ataque de los Celtics, que han batido en la temporada regular el récord de triples de la historia de la NBA. Paolo Banchero lideró la resistencia de los Magic, con 36 puntos y 11 rebotes. Franz añadió 23 puntos para Orlando, que no ha pasado de la primera ronda de los playoffs desde la temporada 2009-10. El segundo partido de la eliminatoria al mejor de siete se jugará el miércoles, también en Boston.

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El Dólar Marca Nuevos Mínimos Tras Amenazar Trump La Independencia De La Fed

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Los inversores siguen perdiendo confianza en el dólar. La divisa estadounidense ha marcado este lunes su nivel más bajo frente al euro en tres años, con un cambio de 1,15 dólares por cada euro en el comienzo de las operaciones del mercado de divisas. La nueva caída del dólar se produce tras los ataques del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, al que sugirió que podría despedir si quisiera, aunque la ley teóricamente lo impide.

Llueve sobre mojado, tanto en lo que respecta a las amenazas de Trump a la independencia de la Reserva Federal como a la pérdida de confianza en la moneda estadounidense a raíz de la guerra comercial declarada contra el mundo por el presidente. La mayoría de los mercados mundiales cerraron el viernes por festivo y parte de ellos siguen cerrados este lunes, de modo que la actividad es más baja de lo habitual. Los futuros sobre los índices bursátiles estadounidenses también han arrancado a la baja, al igual que los títulos del Tesoro estadounidense, mientras que el oro volvía a actuar como refugio.

El dólar marcó este lunes en la apertura de los mercados asiáticos su nivel más bajo en una década frente al franco suizo, a 0,80695 dólares por franco suizo, y se deslizó hasta su nivel más débil frente al yen en siete meses (140,63 yenes por dólar), mientras que el euro subió a 1,153 dólares, su máximo en tres años, en medio de la crisis de confianza en el dólar. El índice del dólar de Bloomberg frente a una cesta de divisas alcanzó su punto más bajo desde enero de 2024.

Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, declaró el viernes que el presidente y su equipo seguían estudiando la posibilidad de destituir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, solo un día después de que Trump afirmara en su red social, Truth, que el cese de Powell “no puede llegar lo suficientemente rápido”, al tiempo que pedía al banco central que recortara los tipos de interés.

El mismo jueves, durante una reunión con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, volvió a atacar al presidente del banco central: “No creo que esté haciendo bien su trabajo. Llega siempre tarde, es lento, y no estoy contento con él. Se lo he dicho, y si quiero que se vaya, se irá muy rápido, créanme”, dijo.

“Si se pone en duda la credibilidad de la Reserva Federal, la confianza en el dólar podría verse gravemente afectada. Los mercados podrían seguir exigiendo una prima de riesgo político sobre los activos en dólares estadounidenses, especialmente si esta narrativa cobra fuerza en las próximas semanas y días”, señaló a Bloomberg Wong, estratega de divisas con sede en Singapur de Oversea-Chinese Banking Corp.

“Powell no depende directamente de Trump, por lo que no puede despedirlo. Solo puede ser destituido mediante ciertos procedimientos que uno pensaría que tienen un obstáculo mayor… pero ¿puede el presidente mover los engranajes para socavar la independencia percibida de la Fed? Claro que podría”, afirmó Vishnu Varathan, director de investigación macroeconómica para Asia, excepto Japón, en Mizuho, en declaraciones a Reuters. “Yo diría que ni siquiera necesitan despedir a Powell de inmediato. Solo hay que crear la percepción de que se podría cambiar fundamentalmente la visión de una Fed independiente”, añadió.

El mandato de Powell como presidente de la Reserva Federal expira el 15 de mayo de 2026 y como consejero, el 31 de enero de 2028. En ocasiones anteriores, Trump ha señalado que no planea destituirle anticipadamente. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha apoyado expresamente la independencia del banco central en la fijación de los tipos de interés. Powell fue nombrado por el propio Trump en 2018 y su mandato fue renovado en 2022 por Joe Biden. En su primer mandato, Trump ya le convirtió en chivo expiatorio con demandas de rebajas de tipos mientras emprendía su primera guerra comercial, en 2019.

El presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, Austan Goolsbee, advirtió este domingo en una entrevista en la cadena CBS contra los esfuerzos por restringir la independencia del banco central. “Existe una unanimidad virtual entre los economistas en que la independencia monetaria de la interferencia política, que la Reserva Federal o cualquier banco central pueda hacer el trabajo que tiene que hacer, es realmente importante”, indicó.

Debilidad persistente

Los analistas de Goldman Sachs cambiaron radicalmente su opinión sobre el dólar recientemente tras observar la evolución de las últimas semanas y reconsiderar las posibles implicaciones de los cambios en la política económica y comercial de Estados Unidos. “Ahora esperamos que la reciente debilidad del dólar persista”, afirmaban.

“En primer lugar, la combinación de una guerra comercial innecesaria y otras políticas que aumentan la incertidumbre está erosionando gravemente la confianza de los consumidores y las empresas. En segundo lugar, las tendencias negativas en la gobernanza y las instituciones de Estados Unidos están erosionando el atractivo de los activos estadounidenses para los inversores extranjeros. En tercer lugar, los cálculos simplistas y las constantes idas y venidas dificultan a los inversores valorar resultados distintos de una alta incertidumbre”, resumían.

Inicialmente, los analistas esperaban que los aranceles impuestos por Estados Unidos provocasen un reajuste cambiario en favor del dólar para ajustar la relación de intercambio. Sin embargo, la naturaleza cambiante de los aranceles puede haber modificado, según Goldman, el paradigma para determinar el impacto. “Los aranceles sobre bienes menos sustituibles otorgan a los exportadores extranjeros un mayor poder de fijación de precios. Es posible que los aranceles generales tengan un efecto similar: las empresas y los consumidores estadounidenses se convierten en tomadores de precios, y es el dólar el que debe debilitarse para ajustarse si las cadenas de suministro y/o los consumidores son relativamente inelásticos a corto plazo”, explicaban.

Su tesis anterior era que las perspectivas de rentabilidad excepcionales de Estados Unidos eran las responsables de la fuerte valoración del dólar. Sin embargo, “si los aranceles lastran los márgenes de beneficio de las empresas estadounidenses y los ingresos reales de los consumidores estadounidenses, pueden erosionar ese excepcionalismo y, a su vez, resquebrajando el pilar central del dólar fuerte”, añadían.

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El Correísmo, Obligado A Reinventarse En Ecuador

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Revolución Ciudadana ya no es lo que era. El partido del expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007 y 2017) suma tres intentos fallidos por volver al poder. Sus candidatos perdieron en las presidenciales de 2021 y 2023 y sufrieron una paliza sin precedentes en las celebradas el domingo pasado, por casi 12 puntos, 1,2 millones de votos, contra el conservador Daniel Noboa, que obtuvo su reelección. Ante un varapalo de tal magnitud, parece haber llegado la hora de la renovación. No solo de protagonistas, sino también de ideas. El correísmo se aferra ahora, sin el aval de los observadores internacionales, a la idea de un fraude electoral que justifique una derrota que empezó mucho antes que con el conteo de votos.

Buena parte de los ecuatorianos recuerda los diez años de Correa como de bonanza y estabilidad. Eran los tiempos del auge de las materias primas y una mayoría de gobiernos de izquierda encabezaba una etapa de alta inversión pública. Ecuador, pero también Brasil, Argentina, Venezuela o Bolivia, vieron cómo crecían sus infraestructuras y se ampliaba el acceso a la salud y la educación. Los detractores de Correa denunciaban, mientras tanto, un deterioro de las instituciones y una deriva autoritaria. La estrella sudamericana comenzó a apagarse en la segunda mitad de la década pasada. En 2017, Correa se autoexilió en Bélgica y consiguió asilo cinco años después tras una condena por corrupción, una fallo que siempre consideró producto de una persecución política orquestada por la derecha.

Correa tiene prohibido postularse a cargos públicos, pero controla a distancia Revolución Ciudadana, el partido más grande y estructurado de Ecuador. Desde las redes sociales, donde tiene casi cuatro millones de seguidores solo en X, influye en la política de su país. Sus mensajes son escuchados y atendido por la dirigencia local y le garantizan la centralidad del debate político.

En las elecciones de 2023 y 2025, Correa eligió como candidata presidencial a Luisa González, funcionaria de su confianza durante su Gobierno. Las campañas electorales se estructuraron alrededor de la idea de “antes estábamos mejor”. Los datos refuerzan esta afirmación: la pobreza en Ecuador pasó del 21,5% en 2017 al 28% el año pasado —en las zonas rurales el porcentaje alcanza el 43,2%— y la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes creció en el mismo periodo desde el 5,6 hasta el 38,7, una verdadera tragedia nacional asociada a la disparada del narcotráfico. Ante este escenario, el correísmo se presentó como la única opción a la derecha de Daniel Noboa. No fue suficiente, porque González perdió ambas elecciones.

“Uno de los problemas del correísmo es la narrativa” dice Selene López, politóloga y consultora política. “Hoy se posiciona con una identidad anti: antinoboísmo, antiliberalismo. Ser oposición limita el alcance de tu proyecto. Javier Milei en Argentina o Nayib Bukele en Ecuador representan preceptos muy duros, pero tienen un lugar adonde llegar. ¿Adónde quiere llegar el correísmo? No alcanza con decir ‘quiero volver al pasado”, dice. La analista compara a Revolución Ciudadana como un equipo de fútbol: “Esta es la tercera vez que el correísmo llega a la final del Mundial, pero no pierde por cómo llega al partido, sino por cómo llega a las eliminatorias, porque no tiene entrenador y sus jugadores están lesionados. Su problema es estructural por falta de renovación de su estrategia a largo plazo y de una identidad que conecte con las nuevas generaciones. Mientras sigan confiando en ganar con las glorias del pasado, seguirán perdiendo el Mundial”, resume.

Para superar a las “glorias del pasado”, Arias propone “una participación activa de quienes ahora representan de manera visible al partido, como sus alcaldes y prefectos, y que Correa no intervenga sino solo como viejo sabio”. Se trata, en el fondo, de lograr “una menor dependencia de Bélgica y una mayor inserción de las voces locales”. López dice que durante la campaña fue evidente que Correa estuvo más ausente y dio alas a Luisa González, pero no pudo evitar que sean “sus decisiones las que hacen que su partido se vea como se ve”. El desafío de Revolución Ciudadana, entonces, es “pensar en el futuro qué rol se le da a Correa, para que no sea un caudillo, sino un legado fundador que esté ausente de las decisiones. El partido tiene el problema de haber concentrado todo el capital político en una persona y no en un proyecto. Tienen que pasar ahora de ser el partido de Correa como persona al partido de las ideas de Correa”.

Además de encontrar nuevas glorias, el correísmo debe desarmar los miedos que la oposición ha logrado adosarle como marca de su identidad. Más de la mitad de los ecuatorianos, al menos el 56,7% que votó por Noboa, está convencido de que Revolución Ciudadana es un “narcopartido” que defiende a las mafias y se hunde en la corrupción. Así lo demuestran los grupos testigos estudiados por López, evidencia “de que el partido tiene un grave problema”. Solo si combate contra esos miedos podrá concentrarse en su rol de opositor a Noboa, dando peso a sus legisladores en la Asamblea.

La denuncia de fraude en las elecciones podría ser funcional a esa estrategia, porque quita ante los votantes de González legitimidad al Gobierno de Noboa. “Deben ser más oposición en el sentido de fiscalizar y representar a ese 44% que lo votó desde el primer día. Poner la agenda de sus votantes por encima de la propia”, opina Caroline Ávila, analista política y académica. Los dirigentes más importantes se han mantenido casi en silencio tras las elecciones, a la espera de las decisiones que tome Luisa González durante esta semana. Recién en ese momento los ecuatorianos tendrán pistas sobre qué hará el correísmo para resurgir del varapalo de la segunda vuelta.

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