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Israel Ordena A Sus Soldados En Gaza Disparar Contra Palestinos Desarmados Durante Los Repartos De Ayuda, Según ‘Haaretz’

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Las denuncias llevaban semanas saliendo a la luz: el nuevo sistema de reparto de ayuda impuesto por Israel en Gaza se ha convertido en una ratonera donde cientos de personas de las miles que esperan ayuda humanitaria han muerto por disparos de las tropas de ocupación, según el Ministerio de Sanidad de la Franja, en manos de Hamás. Ahora se sabe que el ejército del Estado judío ordena directamente a sus tropas disparar de manera deliberada a gazatíes desarmados que no suponen ninguna amenaza cuando se agolpan en esos caóticos centros de reparto que han acabado convertidos en un “campo de exterminio”, según ha publicado este viernes el diario israelí Haaretz.

Este medio, que ha evaluado 19 tiroteos en torno a los puntos de distribución de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, según sus siglas en inglés), que funcionan a finales de mayo con el respaldo de Israel y Estados Unidos, ha recabado testimonios entre oficiales y soldados desplazados en la Franja. Según estos, los disparos se producen, especialmente, en los momentos previos a la apertura y cuando ya han cerrado las instalaciones, algo que desconocen los propios palestinos, según un oficial israelí. Según las cifras aportadas por el Gobierno de Hamás en la Franja, en solo un mes desde su puesta en marcha, 549 personas han fallecido y 4.066 han resultado heridas por ataques israelíes cuando iban a buscar comida.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han emitido un comunicado en el que rechazan “enérgicamente la acusación planteada en el artículo” de Haaretz. Y niegan que existan órdenes de “disparar deliberadamente contra civiles” porque está prohibido por sus directivas. Por eso, agrega el comunicado castrense, “a la luz de los recientes informes de incidentes con daños a civiles que se acercan a los centros de distribución”, estos “están siendo examinados por las autoridades pertinentes de las FDI” y, en caso de encontrar “cualquier desviación de la ley”, se tomarán “las medidas necesarias”. Mientras, la fiscalía militar señala que está investigando posibles crímenes de guerra.

El ejército es consciente de que las autoridades de Israel han logrado que la población israelí permanezca, gracias al apagón informativo, ajena a todo lo que ocurre en torno al reparto de ayuda en Gaza. La Franja “se ha convertido en un lugar con sus propias reglas. La pérdida de vidas humanas no significa nada”, comenta un militar a Haaretz.

“Donde yo estaba destinado, entre una y cinco personas morían cada día. Los tratan como una fuerza hostil: sin medidas de control de multitudes, sin gases lacrimógenos, solo fuego real con todo lo imaginable: ametralladoras pesadas, lanzagranadas, morteros. Luego, una vez que se abre el centro, los disparos cesan y saben que pueden acercarse. Nuestra forma de comunicación son los disparos”, relata otra de las fuentes militares. “Abrimos fuego temprano por la mañana si alguien intenta ponerse en fila a unos cientos de metros de distancia, y a veces simplemente cargamos contra ellos a corta distancia. Pero no hay peligro para las fuerzas”, agrega. Este soldado no tiene noticias de “ningún caso de respuesta al fuego. No hay enemigo ni armas”. Disparan incluso contra población que trata de escapar.

Hay una triple capa de seguridad, según el diario israelí: el entorno de las instalaciones y el acceso lo controlan empleados estadounidenses, los alrededores palestinos armados próximos a una milicia contraria a Hamás cuyo líder colabora con Israel y, más alejados, los soldados israelíes con todo tipo de armamento. El diario habla de un oficial de alto rango cuyo nombre aparece repetidamente en los testimonios de los tiroteos a los palestinos. Se trata del general de brigada Yehuda Vach, comandante de la División 252 y ya involucrado en otros escándalos dentro de Gaza durante la presente contienda.

Los testimonios aparecidos en Haaretz suponen el reconocimiento documentado de “crímenes de guerra y asesinatos sistemáticos en masa contra el pueblo de Gaza, que soporta meses de asedio y hambruna”, según un comunicado de las autoridades de la Franja, donde gobierna Hamás.

Un oficial que servía en el equipo de seguridad de un centro de distribución describió el enfoque de las Fuerzas Armadas israelíes como profundamente defectuoso: “Trabajar con una población civil cuando la única forma de interactuar es abrir fuego es, como mínimo, muy problemático”, declaró a Haaretz. “No es ética ni moralmente aceptable que la gente tenga que llegar, o no, a una [zona humanitaria] bajo fuego de tanques, francotiradores y morteros”.

La conocida Fundación Humanitaria para Gaza (GHF) es un oscuro entramado impuesto por Israel y Estados Unidos que desde finales de mayo trata de controlar en exclusiva el reparto de ayuda humanitaria en la Franja. Lo hace en contra de Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias que llevan décadas trabajando con los palestinos sobre el terreno. “El nuevo mecanismo de ayuda es una abominación que hiere y mata a seres humanos. Es una trampa mortal que cuesta más vidas de las que salva”, ha señalado esta misma semana en Berlín el jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, según sus siglas en inglés), Philippe Lazzarini.

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La Flotilla De La Libertad Con Ayuda Para Gaza En La Que Viajaba Greta Thunberg Llega A Israel Tras Ser Interceptada

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El barco Madleen, con la llamada Flotilla de la Libertad a bordo y un pequeño cargamento de ayuda que pretendía simbolizar el bloqueo y la desesperación que vive la franja de Gaza, ha terminado abruptamente su travesía. La flotilla ha sido interceptada y frenada en la madrugada de este lunes por el ejército israelí. “Estamos siendo atacados. Se está cometiendo un crimen de guerra”, afirmó el activista brasileño Thiago Ávila a través de sus redes sociales en torno a la medianoche. El Ministerio de Exteriores israelí ha informado con un mensaje en X de que el “selfie yacht” (yate de los autorretratos), como lo califica el Gobierno para ridiculizarlo, ha atracado a las nueve de la noche, hora española en el puerto israelí de Ashdod. “Los pasajeros se están sometiendo a exámenes médicos para garantizar su buen estado de salud”, dice el tuit, acompañado de dos fotografías, una de la joven sueca Greta Thunberg, que forma parte de la flotilla, y otra de Ávila. Culmina así algo más de una semana de ruta desde las costas italianas.

En un tuit previo, el ministerio ya había compartido otra imagen de Thunberg en la que un militar le ofrecía un bollo, como prueba de que estaba “sana y salva” y camino a Israel.

La coalición de la Flotilla de la Libertad no ha tenido contacto con los voluntarios detenidos a lo largo de la jornada. La previsión, han informado, es que sean trasladados desde Ashdod a un centro de detención antes de su deportación. El Ministerio de Exteriores de Israel lo confirmaba con un mensaje en X a media tarde: “A su llegada, se harán los arreglos para su regreso a sus respectivos países de origen”.

El Centro Legal para los Derechos de las Minorías Árabes en Israel (Adalah) había solicitado previamente a las autoridades israelíes información urgente sobre el paradero de los activistas y anunciado acciones legales “para garantizar la seguridad y la liberación de los activistas”. Sus abogados, han señalado en un comunicado, están preparados en el lugar para visitarlos.

En su intercambio de correspondencia con el Gobierno, el asesor jurídico de la Armada israelí ha explicado su relato de los hechos. Tras advertir al barco de que se acercaba a una zona de bloqueo, indicaron a la tripulación que debía “modificar el rumbo” y, al no hacerlo, las fuerzas israelíes “abordaron el buque para redirigirlo”. Y añadía: “Los pasajeros recibieron comida y agua y se sometieron a exámenes médicos iniciales. Hasta donde sabemos, ninguno de ellos está herido ni requiere tratamiento médico”.

Varios de los 12 activistas que viajaban en el Madleen han logrado compartir vídeos y mensajes breves del momento en el que denuncian haber sido “secuestrados” por las fuerzas israelíes. Ávila ha subrayado que, al encontrarse en aguas internacionales, Israel ha cometido “un crimen de guerra” con esta operación. También al impedir la legítima llegada de ayuda humanitaria a la Franja.

En las horas previas a ser interceptados, la eurodiputada francopalestina Rima Hassan compartió cada hora un mensaje en X para que quedase constancia de cuándo perdían la comunicación por la intervención israelí. “En cuanto dejen de tener noticias nuestras, significará que internet ha sido cortado y que Israel se prepara para atacarnos. Esto les dará una mejor idea del momento”, explicó. El primero fue a las 23.12 del domingo, hora local (las 22.12 en la España peninsular), y el tercero y último a la 1.12 del lunes.

Poco después, Hassan ha publicado una última imagen de la cubierta del barco con manchas similares a pintura blanca. “Un dron sobre nosotros ha lanzado un líquido blanco”, ha informado en X. La radio había dejado de funcionar por “interferencias” intencionadas, de tal modo que ya no podían solicitar auxilio a otra embarcación.

El ministro de Defensa, Israel Katz, ha felicitado al ejército de su país por su “rápida y segura captura de la flotilla Madleen para evitar que rompan el bloqueo y lleguen a las costas de Gaza”.

Según el comunicado de Katz, este ha ordenado a sus efectivos “mostrar a los pasajeros el vídeo de los horrores de la masacre del 7 de octubre cuando lleguen al puerto de Ashdod”. Y ha vuelto a arremeter, como en la víspera, contra la activista sueca: “Es apropiado que la antisemita Greta y sus compañeros partidarios de Hamás vean exactamente quién es la organización terrorista a la que vinieron a apoyar y para quién trabajan”.

Por su parte, Hamás ha condenado la intercepción del barco y ha calificado la operación de “terrorismo de Estado” y de “flagrante ataque a la conciencia humana”. Los voluntarios, ha defendido, pretendían “romper el asedio y exponer el crimen del hambre”. El intento de la Flotilla de la Libertad de llevar ayuda a la Franja significa, según ha escrito el grupo islamista en sus canales de difusión, que “Gaza no está sola”.

En la tarde del domingo, cuando el barco se encontraba a menos de 300 kilómetros de la costa de la franja palestina, Katz ya advirtió de que había dado instrucciones al ejército para que impidiese que “la flotilla del odio” llegase a las costas de Gaza. “Y para que adopten todas las medidas necesarias para ese fin. A la antisemita Greta y a sus compañeros portavoces de propaganda de Hamás, les digo claramente: deben regresar, porque no llegarán a Gaza”, agregó.

Activistas a bordo de 'Madleen', el barco con ayuda humanitaria para Gaza, tras ser interceptados por el ejército israelí, este lunes.

En previsión de la interceptación del barco por parte de las fuerzas israelíes, como finalmente se ha producido, los activistas habían preparado una serie de vídeos en los que decían sus nombres y sus nacionalidades, con el pasaporte en mano, incluido el voluntario español Sergio Toribio. Y pedían a sus respectivos gobiernos que intervinieran. También solicitaban a la ciudadanía que presionara a través de distintos canales para que los líderes de sus países tomaran medidas contra Israel.

A lo largo de la tarde, España, Francia, Brasil y Turquía, países de origen de varios de los pasajeros del Madleen, han pedido a Israel explicaciones, información o poder visitar a sus nacionales a su llegada a Ashdod. En el puerto se han congregado además defensores y detractores de la iniciativa solidaria para mostrar su apoyo y su repulsa.

La coalición de la Flotilla de la Libertad recuerda además que el Madleen es un barco civil con bandera del Reino Unido y que este “tiene la obligación legal de proteger su barco y a los civiles a bordo de la intervención israelí”. Un llamamiento similar ha lanzado la relatora de la ONU sobre Palestina, Francesca Albanese: “El Gobierno del Reino Unido debe pedir urgentemente una aclaración completa y asegurar la liberación inmediata del barco y su tripulación”. Y ha solicitado que se permita al barco continuar “su legítima misión humanitaria”.

10 muertos en 2010

La Flotilla de la Libertad fue creada en 2010 como una coalición pacífica en solidaridad con el pueblo palestino. Siempre con el propósito humanitario de llevar ayuda a Gaza cuando Israel ha bloqueado el acceso. Ese año, un convoy que llevaba 10.000 toneladas de ayuda a la Franja, formado por seis barcos con 750 personas, también fue interceptado por las fuerzas israelíes, con un desenlace mortal: 10 personas murieron y más de 50 resultaron heridas en aquella intervención militar a finales de mayo.

En esta ocasión, el objetivo de la Flotilla de la Libertad era llevar una cantidad simbólica de alimentos para la hambrienta población de Gaza, principalmente arroz y leche de fórmula. Pero sobre todo, su periplo representaba un intento simbólico de “abrir un corredor humanitario” después de meses de bloqueo y obstrucción a la entrada de bienes.

Israel impide la llegada fluida de ayuda humanitaria a la Franja desde el 2 de marzo, cuando el Gobierno de Benjamín Netanyahu impuso un bloqueo total que se prolongó más de 80 días. La crisis de hambre y escasez era tan grave, con toda la población del territorio (2,1 millones de personas, casi la mitad, niños) en serio riesgo por falta de alimentos, que las autoridades israelíes abrieron la puerta a la entrada de un número limitado de camiones.

Sin embargo, la cantidad es insuficiente, según ha denunciado reiteradamente la ONU. Las fuerzas israelíes apenas permiten el acceso a 100 camiones con suministros, pese a que las organizaciones estiman que se necesitan entre 500 o 600 de estos vehículos cada día para satisfacer las necesidades básicas de la población.

La distribución militarizada al margen de la ONU de lotes de comida por parte de la Fundación Humanitaria de Gaza (FHG), respaldada por Israel y Estados Unidos, no cubre las carencias alimentarias de los gazatíes, no ofrece unas condiciones de seguridad aceptables ―más de 130 personas han muerto tiroteadas cuando acudían a los puntos de reparto de la FHG― y, por tanto, no cumple con los principios humanitarios fundamentales, según las ONG y la ONU.

En total, desde el comienzo de la guerra, han muerto en Gaza 54.927 personas, según las últimas cifras ofrecidas por el Ministerio de Salud del territorio, controlado de facto por Hamás. Además, otras 126.615 han resultado heridas en los ataques de las fuerzas israelíes.

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